Se dice que las personas renuncian a los malos jefes, o incluso a los malos equipos de trabajo. Por supuesto, tener un mal sueldo y sin beneficios también inclina la balanza. Pero recientemente se sumó a esos aspectos la salud mental como motivo para cambiar de trabajo o incluso dejar un empleo sin tener otro en vista.
Estas situaciones ocurren desde siempre pero quizás antes permanecían más escondidas. Y si bien muchos prejuicios sobre los casos más graves de la salud mental persisten en nuestra sociedad y en las empresas, no se juzgaría en contra de quienes, justificadamente, priorizan mantener su equilibrio mental, ánimo y motivación, por sobre el sueldo y los beneficios.
Esto ocurre incluso en la Argentina que sigue con inflación interanual de tres dígitos y sueldos atrasados. Lo confirmaron dos estudios dados a conocer esta semana.
Por un lado, una investigación de la plataforma de empleo Bumeran sobre el burnout o agotamiento crónico extremo por motivos laborales, encontró que el 68% de las empresas no hacen absolutamente nada cuando un empleado o empleada comunica estar sintiendo los síntomas de esa problemática. El 92% de los responsables de Recursos Humanos consultados afirmaron que en sus empresas no existe una estrategia para abordar el burnout.
¿Cuál es la consecuencia, aparte de una pérdida de motivación y productividad efectiva? Que el 55% de los talentos relevados tienen planeado, entre las acciones para cuidar su salud mental y sentirse mejor respecto del bournout, cambiar de trabajo.
Por otra parte, la organización empresarial IDEA dio a conocer en el día de la fecha los resultados de un relevamiento realizado en conjunto con INECO Organizaciones y PUNTUAL, que tiene como objetivo medir el cambio (o no) en la valoración que los trabajadores han hecho sobre variables asociadas al bienestar emocional y a la salud mental y el impacto que esas percepciones han tenido y tienen en el ámbito laboral en un contexto post-pandémico.
«El propósito de esta iniciativa consiste en generar información rigurosa sobre salud emocional y mental en el mundo laboral para trabajar, a posteriori, en el posicionamiento de esta agenda en el ecosistema empresarial», comunicaron sobre el trabajo para el cual encuestaron a 629 personas entre junio y julio de este año.
De esta investigación surge que la pandemia efectivamente ha tenido un impacto significativo en cómo los colaboradores de las organizaciones perciben la relación entre su trabajo y su bienestar: 85% considera que su trabajo influye considerablemente en su calidad de vida y salud emocional; lo que resalta la importancia de estas variables en el entorno laboral posterior a la pandemia.
Además, el 37,2% de los encuestados aseguró haber considerado seriamente renunciar a su empleo debido a razones de salud emocional y mental tras la pandemia. Solo un 40% jamás lo consideró. El resto, si lo hizo pero menos seriamente.
«Se trata de un dato que pone en relieve la necesidad de reevaluar las condiciones laborales y el apoyo emocional disponible en las organizaciones», indicaron los investigadores del estudio de IDEA.
Al considerar el cambio de mentalidad y de prioridades que ocurrió durante las cuarentenas por COVID-19, el 89% de los participantes del informe de IDEA dijeron que hoy el aspecto más valorado de un trabajo es la flexibilidad de horarios.
«La importancia que las personas otorgan a su bienestar emocional ha cambiado notablemente tras la pandemia. Hoy, muchos buscan evitar trabajar en entornos que pongan en riesgo su salud mental. Cada vez son más las empresas que nos consultan para promover ambientes laborales que favorezcan el bienestar emocional de sus colaboradores, disminuyendo los niveles de estrés y cuidando la salud de su principal capital que son las personas», señaló María Roca, directora de INECO Organizaciones.
En consecuencia, los aspectos laborales más asociados al bienestar hoy y que han tenido una mayor valoración en los últimos años, resultaron ser:
A la vez, al pedirles que identificaran los aspectos del trabajo que tienen un mayor impacto positivo en la salud mental, los participantes eligieron los siguientes:
Otra consulta fue si percibían que en su compañía había un cambio respecto de la promoción de una cultura corporativa saludable. En ese sentido, el 62,3% de los encuestados consideró que se produjo un giro muy significativo o completo en esa preocupación. En esa misma línea, el 46,3% señaló un cambio muy importante o total en el valor que le dan las empresas a la ejecución de beneficios vinculados a la salud mental y emocional, como aplicaciones, soporte profesional y/o descuentos, entre otros.
«Nuestro objetivo es generar información valiosa sobre la salud emocional y mental en el mundo laboral, un tema que pasó a ser clave dentro de la agenda empresarial», destacó Luciana Paoletti, gerente de Contenidos y Comunicaciones de IDEA. «Post pandemia no dejamos de percibir algo distinto en las consultas con personas y equipos. Celebramos esta posibilidad de poder ponerle dato y comprensión a tanto cambio observado», coincidió Marité Pereda, fundadora y directora de PUNTUAL.
«Los cambios en las prioridades laborales tras la pandemia revelan un enfoque renovado en aspectos como la flexibilidad horaria, un entorno de trabajo seguro y saludable, y la posibilidad de trabajar de manera remota. Estos factores se han convertido en elementos cruciales que hacen a la satisfacción de los empleados y determinan su permanencia. Además, la creciente valoración de la salud emocional y mental, el equilibrio entre la vida personal y el trabajo, y la calidad de los vínculos interpersonales indican una mayor conciencia sobre el impacto integral del entorno laboral en el bienestar de los individuos», concluyeron los investigadores de IDEA.
Nota publicada en IProfesional: https://www.iprofesional.com/management/416652-cuantos-empleados-renunciarian-trabajo-salud-mental?fbclid=PAY2xjawGaNZ5leHRuA2FlbQIxMQABphH5mfVg5c19WJF6QqXPDhr5ALgA3DFyWGlep9iL7iS3vt-26HPQ7Kg2_Q_aem_k-4t2QkxXuZAB6S7HmbAag